En un día como hoy, hace 43 años, entraba en vigor el
Convenio constitutivo de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual,
con un objetivo primordial: fomentar la
protección de la propiedad intelectual en todo el mundo.
Convenio constitutivo de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual,
con un objetivo primordial: fomentar la
protección de la propiedad intelectual en todo el mundo.
Desde luego, resulta indiscutible que durante casi más de
medio siglo la comunidad internacional y paralelamente los distintos Estados
han ido conformando un sólido conjunto de reglas destinadas a la protección de
las creaciones intelectuales. La Convención Universal sobre los derechos de
Autor de 1971, el Acuerdo ADPIC de 1994, los Tratados OMPI sobre Derecho de
autor y sobre interpretación y ejecución de fonogramas, ambos de 1996, o la ya
extensa lista de Directivas encaminadas a la preservación de los derechos de
los creadores en el seno de la Unión Europea, son sólo ejemplos destacados de
esta intensa labor legislativa en el ámbito de la Propiedad intelectual.
medio siglo la comunidad internacional y paralelamente los distintos Estados
han ido conformando un sólido conjunto de reglas destinadas a la protección de
las creaciones intelectuales. La Convención Universal sobre los derechos de
Autor de 1971, el Acuerdo ADPIC de 1994, los Tratados OMPI sobre Derecho de
autor y sobre interpretación y ejecución de fonogramas, ambos de 1996, o la ya
extensa lista de Directivas encaminadas a la preservación de los derechos de
los creadores en el seno de la Unión Europea, son sólo ejemplos destacados de
esta intensa labor legislativa en el ámbito de la Propiedad intelectual.
A día de hoy puede
afirmarse que, no sólo los autores, sino en general, y usando la terminología
tan común en estos días, los “creadores de contenidos” (artistas, productores,
editores, organismos de radiodifusión, etc) ven contemplados en las leyes sus
derechos como creadores.
afirmarse que, no sólo los autores, sino en general, y usando la terminología
tan común en estos días, los “creadores de contenidos” (artistas, productores,
editores, organismos de radiodifusión, etc) ven contemplados en las leyes sus
derechos como creadores.
Sin embargo, no es
menos cierto, y tampoco desconocido, que todo este entramado legal no ha
impedido que, a día de hoy, estos creadores vean circular sus “contenidos” por
Internet de forma impune, en aras de un mal entendido derecho de acceso a la
cultura. Paradójicamente, los autores
de la cultura están hoy más desprotegidos que nunca.
menos cierto, y tampoco desconocido, que todo este entramado legal no ha
impedido que, a día de hoy, estos creadores vean circular sus “contenidos” por
Internet de forma impune, en aras de un mal entendido derecho de acceso a la
cultura. Paradójicamente, los autores
de la cultura están hoy más desprotegidos que nunca.
Y es que en España, los datos son escalofriantemente reveladores. Según
el Observatorio de piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales 2012, un estudio presentado
en febrero de esta año por la consultora independiente GfK a instancias de la Coalición de Creadores e Industrias
de Contenidos, el valor de lo pirateado en nuestro país durante el
pasado año superó los 15.200 millones de euros, un 51% más que en 2011. La más castigada es, sin
duda, la industria musical, con 2.118,3 millones de contenidos piratas
circulando libremente por la red.
el Observatorio de piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales 2012, un estudio presentado
en febrero de esta año por la consultora independiente GfK a instancias de la Coalición de Creadores e Industrias
de Contenidos, el valor de lo pirateado en nuestro país durante el
pasado año superó los 15.200 millones de euros, un 51% más que en 2011. La más castigada es, sin
duda, la industria musical, con 2.118,3 millones de contenidos piratas
circulando libremente por la red.
Estos datos ponen
de relieve, lamentablemente, cómo una herramienta tan potencialmente impulsora
y enriquecedora de la cultura puede acabar también por aniquilarla. Como
anunciaba el Ministro José Ignacio Wert hace un año en una entrevista para ABC
“la cultura del todo gratis nos aboca al fin de la cultura”.
de relieve, lamentablemente, cómo una herramienta tan potencialmente impulsora
y enriquecedora de la cultura puede acabar también por aniquilarla. Como
anunciaba el Ministro José Ignacio Wert hace un año en una entrevista para ABC
“la cultura del todo gratis nos aboca al fin de la cultura”.
Con todo, en medio de este panorama desolador, no todo
está perdido. Cada vez son más las iniciativas y campañas encaminadas a la
concienciación y educación en el respeto a los derechos de propiedad
intelectual entre la población más joven. Por otra parte, y aunque es evidente
que en el vertiginoso mundo de las nuevas tecnologías el legislador llega
siempre “un poco tarde”, confiemos en que las nuevas medidas propuestas en el
Anteproyecto de Modificación de la Ley de Propiedad Intelectual, dirigidas a
mejorar la eficacia de los mecanismos legales para la protección de los
derechos de propiedad intelectual frente a su vulneración en el ámbito digital,
se traduzcan en un verdadero descenso de la piratería.
está perdido. Cada vez son más las iniciativas y campañas encaminadas a la
concienciación y educación en el respeto a los derechos de propiedad
intelectual entre la población más joven. Por otra parte, y aunque es evidente
que en el vertiginoso mundo de las nuevas tecnologías el legislador llega
siempre “un poco tarde”, confiemos en que las nuevas medidas propuestas en el
Anteproyecto de Modificación de la Ley de Propiedad Intelectual, dirigidas a
mejorar la eficacia de los mecanismos legales para la protección de los
derechos de propiedad intelectual frente a su vulneración en el ámbito digital,
se traduzcan en un verdadero descenso de la piratería.
En un día como hoy, saquemos a relucir las palabras ya
lejanas, pero no por ello menos válidas, del diputado le Chapelier al dirigirse a la Asamblea Constituyente francesa:
lejanas, pero no por ello menos válidas, del diputado le Chapelier al dirigirse a la Asamblea Constituyente francesa:
«La más sagrada, la más legítima, la más personal de todas las
propiedades es la obra, producto del talento de un escritor».
Apostemos,
pues, por la defensa de la propiedad intelectual, por la defensa de los
autores, escritores, músicos, artistas, editores, productores, y demás
creadores, apostemos por los genios e inventores…, en definitiva, apostemos
por la cultura.
pues, por la defensa de la propiedad intelectual, por la defensa de los
autores, escritores, músicos, artistas, editores, productores, y demás
creadores, apostemos por los genios e inventores…, en definitiva, apostemos
por la cultura.
Autor: Patricia Mariscal
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