De los Privilegios y el Real Conservatorio de Artes y Oficios a la OEPM
El registro de las invenciones en España es una historia fascinante del desarrollo de nuestro país, que se remonta a más de 500 años atrás: ya en el 1.478 se concedían los llamados “privilegios de invención”, títulos concedidos por el Rey, que contaba para ello con el asesoramiento del Consejo Real, organismo en el que intervenían personas relevantes de la Corte que tuviesen conocimientos científicos o técnicos.
Sin embargo, no es hasta el siglo XIX cuando se desarrollarán los dos pilares en los que se sustenta nuestro sistema actual de protección: un organismo que concede los títulos y una normativa de protección.
Los primeros cimientos de nuestra actual Oficina de Patentes y Marcas se pusieron con la creación, en el 1810, del Real Conservatorio de las Artes y Oficios, que, entre otras funciones, se encargaba de la concesión de privilegios y patentes, al igual que ocurría en la Francia revolucionaria. Dicho Conservatorio pasaría por muchos avatares y cambios de denominación, hasta que en el año 1902 surge el Registro de la Propiedad Industrial y en el 1992 la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
Primer Privilegio de invención conservado, otorgado por Isabel la Católica
La primera norma de protección de patentes: Real Decreto de 1826
Por otro lado, en lo relativo a la normativa, aunque existen antecedentes en un Real Decreto de 1811, y a pesar de que incluso la Constitución de 1812, “la Pepa”, reconocía en uno de sus artículos la protección a los inventores, no sería hasta el año 1826 cuando se promulgó el Real Decreto de Privilegios Exclusivos de Invención e Introducción, que se considera la primera norma eficaz en el ámbito de las patentes en España.
De hecho, la numeración de los privilegios que se conservan actualmente en el archivo de la OEPM comienza a partir de esa fecha, con el privilegio concedido al francés Jean-Marie La Perriere, el 27 de marzo de 1826, que registró un molino movido a brazo.
Primer solicitante en la OEPM: Jean-Marie La Perriere con un molino movido a brazo (1826)
Nace ELZABURU, la firma de propiedad industrial más antigua de España
En 1865 Julio Vizcarrondo abre una oficina de propiedad industrial en Madrid, una de las primeras con esa especialidad del país y la única, si no estamos equivocados, que sigue funcionando en nuestros días. Años después se asociaría con su sobrino Francisco de Elzaburu Vizcarrondo para configurar el germen de la actual ELZABURU.
Con la nueva Ley de Patentes de Invención, promulgada el 30 de julio de 1878, los «privilegios de invención» cambian su denominación por «patentes», término que seguimos usando hoy en día.
Llega el Registro de la Propiedad Industrial: una nueva era en la protección de invenciones
Con la creación del Registro de la Propiedad Industrial en 1902 y la implementación de una nueva normativa que permitía el registro de modelos industriales, se inicia una nueva época en la protección de intangibles en España.
ELZABURU ha seguido evolucionando y desempeñando un papel protagonista en este ámbito, consolidando su posición como firma de referencia en protección de las invenciones del país.
Todas las imágenes han sido extraídas del Archivo histórico de la OEPM: http://historico.oepm.es/buscador.php
Elisa Prieto, Responsable de Gestión del Conocimiento en el ELZABURU