Seas un profesional independientemente, una pyme, una gran empresa de ingeniería, un instituto de investigación o una universidad, seguramente te habrás planteado cómo sacar partido a los resultados de tus esfuerzos e inversiones en I+D.
Llegar a desarrollos tecnológicos susceptibles de ser industrialmente aplicables y que ofrezcan soluciones a problemas técnicos de diversa categoría no es una labor fácil o al alcance de cualquiera que no dedique una gran cantidad de recursos (de formación, de tiempo y de financiación).
Por otra parte, y aunque no desees comercializar directamente el fruto de tu investigación, sino que desees sacarle provecho en solitario para realizar tu actividad económica, en ocasiones es difícil mantener en secreto una determinada tecnología, ya que la competencia puede llegar a ella fácilmente a partir del mero análisis de tus productos de venta mediante ingeniería inversa.
Por tanto, en el curso de tus actividades de investigación, posiblemente experimentarás la necesidad de patentar tu tecnología para proteger tus desarrollos frente a explotaciones por parte de terceros que no cuenten con tu consentimiento.
Y aquí es donde cobra especial importancia la figura del agente de patentes.
El agente de patentes y, concretamente el agente europeo de patentes, es una persona con formación científica y/o en ingeniería, capaz de hablar el mismo idioma que los equipos de I+D de las empresas, comprender dónde se encuentra el núcleo de cada desarrollo tecnológico y aquello en donde hay que centrar la protección.
Asimismo, el agente de patentes es alguien con formación jurídica en derecho de patentes, que conoce las particularidades y peligros que encierra el proceso de tramitación de una patente ante la correspondiente oficina nacional/regional de patentes, y es capaz de asesorar para obtener finalmente la protección buscada para la tecnología.
El agente de patentes puede intervenir en procesos de oposición a patentes de terceros, o defender tu patente cuando un competidor se opone a ella, desenvolviéndose con soltura en complejos procesos en donde factores técnicos y jurídicos cobran una importancia capital.
Asimismo, el agente de patentes puede trabajar en estrecha colaboración con los abogados, en procesos judiciales de nulidad en donde se dirima la validez de una patente, o en procesos judiciales de infracción en donde se requiera de una opinión técnico-jurídica sobre el fondo de los hechos presuntamente infractores.
Por este motivo, si quieres llevar a buen puerto tu estrategia de protección de la tecnología que has desarrollado, siempre será una buena idea contar con el asesoramiento de un agente de patentes.
Bosco de la Vega, Asociado en ELZABURU.