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¿Qué es y para qué sirve una Estrategia de Propiedad Industrial e Intelectual?

Existe en nuestro país un creciente interés por parte de los CEO´s de incorporar en su agenda de trabajo una ESTRATEGIA IP, con efecto directo en la cuenta de resultados e íntimamente relacionada con las inversiones en innovación y marketing.

Gracias a un buen diseño y ejecución de este tipo de estrategia se facilita la transformación de recursos como son:  las invenciones, innovaciones, ideas, conocimiento, datos, en activos intangibles, es decir, patentes, marcas, diseños industriales y derechos de autor, entre otros, que pasan a engrosar y poner en valor nuestra cartera empresarial.

La transformación digital, la comunicación virtual y las nuevas tecnologías nos permiten abrir el proceso creativo a todas las áreas de las compañías, no solo a los departamentos habitualmente encargados de ello.

¿Por qué es tan importante implementarla en una compañía?

Existen muchos motivos legales y estratégicos que aconsejan su implementación, aunque los más influyentes vienen determinados por el sector y el grado de competitividad global en el que se encuentre la empresa.

Sin ánimo de exhaustividad, podríamos destacar los siguientes, que cuentan con una importante influencia estratégica:

  • Estos nuevos recursos o activos intangibles sedimentan una cultura de innovación permanente dentro de la empresa.
  • Se puede evitar que la competencia se aproveche de nuestros avances y/o perjudique nuestra ventaja competitiva, a través del uso de distintas herramientas jurídicas de protección, como: la obtención de patentes, diseños industriales, implementación de planes de secretos empresariales, protección del software creado, nombres de dominio, copyright, marcas, etc.
  • Para conocer la robustez y legitimidad de los intangibles en nuevos mercados cuando la empresa tiene planes de internacionalización.
  • Cuando la estrategia de Branding de una compañía pilota en su marca y posiciona sus productos y servicios en el mapa sectorial.
  • Para que los falsificadores profesionales u ocasionales tengan cierta reticencia en elegir nuestros productos.
  • Estos activos se pueden: ceder, licenciar, vender y valorar aumentando la cotización de la empresa, facilitando una posición más confortable en los mercados financieros.
  • Se pueden activar en balance contablemente y amortizarlos, además de fiscalmente.
  • Los costes de contratación de expertos para realizar estos procesos de transformación de ideas a activos intangibles se pueden imputar como gastos deducibles para las empresas.
  • Sin innovaciones intangibles, las compañías no pueden acceder a las ayudas gubernamentales nacionales y europeas.

Todo lo expuesto, invita a pensar que tener una Estrategia IP en el Plan director de una compañía es interesante. Os animo a compartir este reto.

Autora: Pilar Soriano

Visite nuestra página web: http://www.elzaburu.com/

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